¿Qué es la ciencia?
Es una de las preguntas más
complejas que podemos plantearnos, esta interrogante ha sido estudiada por
grandes filosofos y pensadores. El siguiente texto nos ayudaráa entender dos
visiones que se complementan a este respecto.
En
1919, el muy joven Karl Popper (tenía 17 años de edad) asistió a Viena a una
conferencia dictada por el ya no tan joven Einstein (de 40 años de edad) y
quedó deslumbrado por la nueva física que promulgaba el gran iconoclasta;
recordemos que en ese mismo año Eddigton dio a conocer la primera confirmación
observacional de la teoría general de la relatividad.
Popper
comparó entonces el éxito predictivo de las ideas de Einstein, alcanzado en
condiciones de muy alto riesgo, con la situación de las otras tres teorías
científicas importantes en ese momento en su medio: la teoría de la historia de
Marx, la teoría del psicoanálisis de Freud y la teoría de la psicología
individual de Adler. Lo que encontró Popper hace casi 60 años lo sabemos todos
hoy: en la física de Einstein las predicciones se formulaban de tal manera que
la opción de no cumplirse era real, mientras que en las otras teorías
"científicas" mencionadas, había explicaciones para cualquier clase
de resultados; en otras palabras, ningún tipo posible de experiencia era
incompatible con las otras tres teorías "científicas", que estaban
preparadas para absorber y explicar cualquier resultado, incluyendo los
contradictorios. Fue en esa época cuando Popper concluyó que la manera de distinguir
a la ciencia verdadera de las pseudociencias (el criterio de demarcación) es
precisamente que la primera está constituida por teorías susceptibles de ser
demostradas falsas poniendo a prueba sus predicciones, mientras que las
segundas no son refutables; en otras palabras, la irrefutabilidad de una teoría
científica no es una virtud sino un vicio, ya que la identifica como
seudocientífica.
Posteriormente
Thomas Kuhn, introduce la noción de Paradigma, el cual está constituido por
supuestos teóricos, leyes y técnicas de aplicación que deberán adoptar los
científicos que se mueven dentro de una determinada comunidad científica. Los
que trabajan dentro de un paradigma, ponen en práctica la ciencia normal. Es
probable que, al trabajar en ella, se desarrollará el paradigma en su intento
por explicar el comportamiento de aspectos del mundo, resulten dificultades
(por ejemplo, se encuentren con aparentes falsaciones). Si estas dificultades
se hacen inmanejables, se desarrollará un estado de crisis.
Ésta
se resolverá con el surgimiento de un paradigma totalmente nuevo, el cual
cobrará cada vez mayor adhesión por parte de la comunidad científica, hasta que
finalmente se abandone el paradigma original.
Este
cambio discontinuo entre paradigmas constituye una revolución científica. El
nuevo paradigma enmarcará la nueva actividad científica normal, hasta que
choque con dificultades y se produzca una nueva crisis y una nueva revolución.
Una ciencia madura se rige por un solo paradigma, quien establece las normas
que dan legitimidad al trabajo que se realiza dentro de la ciencia que rige,
incluyendo la resolución de problemas que se presentan.
Para
Kuhn, será justamente la existencia de un paradigma que pueda apoyar una
tradición de ciencia normal lo que establecerá la diferencia entre lo que es
CIENCIA y lo que no lo es. Carecer de paradigma implica no poseer el estatus de
ciencia. Los paradigmas están compuestos por: leyes explícitamente
establecidas, supuestos teóricos, maneras normales de aplicación de las leyes,
instrumental y técnicas instrumentales, prescripciones metodológicas muy
generales y como componente adicional, algunos principios metafísicos muy
generales.
La
CIENCIA NORMAL es descrita por Kuhn como una actividad de resolver problemas
gobernada por las reglas del paradigma en cuestión, (enigmas) El paradigma
deberá proveer los medios para solucionar los problemas que en él se formulan.
Aquellos problemas que no puedan ser solucionados, serán entendidos como
anomalías y como fracasos del científico, más que como falsaciones e
insuficiencias del paradigma.
Kuhn
reconoce que todos los paradigmas contienen algunas anomalías y sostiene además
que un científico normal no debe criticar el paradigma en el cual se encuentra
trabajando. Lo que diferencia a la ciencia normal, madura, de la PRECIENCIA,
inmadura, es la falta de acuerdo en lo fundamental. La preciencia se
caracteriza por el total desacuerdo y el constante debate de lo fundamental,
llegándose a establecer casi tantas teorías como teóricos hayan trabajado.
La
existencia de problemas sin resolver dentro de un paradigma no constituye en sí
una crisis. Se sabe que en los paradigmas siempre habrá anomalías. Las
anomalías pueden desarrollarse de modo tal que le resten confianza, es decir,
que afecte los fundamentos del paradigma. En esta situación estamos ante una
crisis. La misma comienza a manifestarse con un período de “inseguridad
profesional marcada”: se intentará defender los nuevos argumentos y el
descontento respecto al paradigma en el cual se está trabajando aparecerá.
Para
Kuhn, su concepción acerca de la ciencia es una teoría y no una descripción en
la medida que explicita las funciones que tienen sus componentes. Reconoce que
las funciones de LA CIENCIA NORMAL Y LAS REVOLUCIONES son necesarias: mientras
se está en período de Ciencia Normal, se pueden desarrollar los detalles de las
teorías, resolver problemas y realizar trabajos teóricos y experimentales. Las
¿Qué es la ciencia? 14 Revoluciones son la oportunidad de pasar de un paradigma
a otro mejor. Si se desarrolla una crisis, el pasaje de un paradigma a otro se
hace necesario, y este paso es esencial para el progreso de la ciencia. Si no
hubiera “revoluciones”, la ciencia quedaría atrapada en un solo paradigma y no
se avanzaría más allá de él, lo que constituiría para Kuhn un grave defecto.
(n.d.); 2018; ¿ Qué es la Ciencia?, recuperado
el 13 de agosto de 2018 de http://users.df.uba.ar/sgil/tutoriales1/fisica_tutoriales/filosofia/compl_clas1_poper_kuhn.pdf