Todos los compuestos orgánicos comparten la característica de poseer en sus moléculas un bioelemento base, el carbono. Esto se debe a que las moléculas de carbono se unen muy fácilmente entre sí, desarrollando esqueletos básicos en todos los compuestos orgánicos. Estas cadenas pueden presentar distintas longitudes y formas y se les pueden asociar otros átomos de gran importancia, como, por ejemplo:
Hidrógeno (H) - Oxígeno (O)
Nitrógeno (N) - Fósforo (P) - Azufre (S)
Cada átomo de carbono presenta una valencia de 4, lo que aumenta significativamente la complejidad de los compuestos que puede formar; tiene la posibilidad de dobles o triples enlaces, con lo cual aumentan la variabilidad de las estructuras y la configuración de los compuestos orgánicos.
Entre los compuestos orgánicos más importantes tenemos:
• Hidratos de Carbono
• Lípidos
• Proteínas
• Ácidos Nucleicos
Las moléculas de algunos de estos compuestos, como las de los hidratos de carbono, de las proteínas y de los ácidos nucleicos, pueden ser poliméricas. Se denomina polímero a toda macromolécula constituida por la unión de muchas moléculas pequeñas similares, las que reciben el nombre de monómeros.
Cuando se unen dos monómeros similares forman un dímero; si son tres, un trímero. Si son hasta diez se los denomina, genéricamente, oligómeros.
¿Cómo unimos a los monómeros y cómo los separamos?
El proceso de síntesis mediante el cual los monómeros se unen por enlaces covalentes se llama condensación. Cuando dos monómeros se unen se pierde el equivalente a una molécula de agua.
Cuando un polímero, un dímero, etc., se degrada en sus monómeros, lo hace a través de un proceso llamado hidrólisis (que significa “romper con agua”).
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